Ardiendo

4-6-2011
[HOY IMPORTA] Miles de tribeños de Yemen se enfrentan a las fuerzas del gobierno de Alí Abdala Saleh, con el saldo de cientos de muertos. En Siria decenas de civiles mueren cerca de Damasco. Cientos de libios que huían del régimen de Muammar Gaddafi desaparecen ahogados frente a la costa de Túnez. En Egipto, luego de haber sido derrocado, Hosni Mubarak enfrenta a la justicia. Y la efervescencia concomitante en otros países del área de Medio Oriente, no cede.
Los involucrados en tales movimientos, de los que nos enteramos por estos días, son en general jóvenes que sueñan con mayores libertades. Pero el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad acaba de dejar en claro qué espera él.
Al recibir a un grupo de intelectuales, religiosos y jóvenes revolucionarios egipcios, expresó que quiere un Egipto “antisionista” y “antioccidental”. Concomitantemente, este gobernante hacía reprimir violentamente a opositores que asistían al funeral del disidente Ezatolá Sahabi, oportunidad en que también fue muerta a palos la hija del fallecido.
Es decir que mayores libertades no significan necesariamente encaminarse hacia regímenes democráticos. Puede haber sectores, en especial de gente muy joven, que querrían que sus países se democratizaran. Pero no parece éste un objetivo de fácil concreción, a la luz de lo que dicen querer otros, al estilo del belicista Ahmadinejad. Cuestión no indiferente a nuestra parte del mundo ya que es bueno notar que el ministro de Defensa de Irán, requerido por participar en el cruento atentado antijudío de la AMIA acaba de visitar Bolivia, donde el gobierno de Evo Morales le permitió retirarse prestamente, para eludir una vez más a la justicia argentina.